miércoles, 3 de septiembre de 2014

Como en una montaña rusa!

Y llegó.
Llegó ese momento.
Instante en el que el destino te pone ante esa situación que revoluciona tu razón y tu corazón. Instante en el que tu mente manda señales a tu cuerpo y este no responde con seguridad. Instante en el que tu decides si te montas o no en esta Montaña Rusa que es la vida. Miedo, incertidumbre, curiosidad, indecisión,...un sin fin de sentimientos te abordan.
Siempre he pensado en lo correcto, en aquello que debo hacer, en aquello que es lo mejor. Pero,... ¿lo mejor para quien? ¿Para mi o para los demás?. Da igual, el caso es que siempre he pensado demasiado. Y esta vez llegó el día en que no sé de que manera, como o porque he dejado de pensar. La vida me ha puesto ante esa situación inesperada. Esa situación que me ha hecho dar el paso de sentir y montarme en esta atracción a la que tanto respeto le tenía. Esta vez he decidido subirme. Esta vez no quiero tener la sensación de que he dejado pasar algo importante.

Empieza el nerviosismo, el pánico y la adrenalina alcanza su punto cumbre. Y siento ganas de gritar.
Siento una euforia y una alegría inesperada. Y una vez que acaba el recorrido me tiemblan las piernas y el corazón me late a una velocidad de vértigo. De pronto, me sorprende el momento en el que quiero repetir y no parar de sentir esa revolución de sentimientos.
Sin darme cuenta, he aprendido a escuchar lo que quiero. He aprendido a pensar en mi. He aprendido que es mejor sorprenderte que decepcionarte por crear expectativas. He aprendido a arriesgar y por eso últimamente vivo de momentos. Momentos que no quiero que se escapen.
He saltado sin paracaídas, me he tirado a la piscina sin a penas agua, me he lanzado al vacío.
No he perdido a penas tiempo en valorar las consecuencias, simplemente esta vez he dejado que las consecuencias me buscaran a mi. No he perdido a penas tiempo en pensar, solo he sentido. No he perdido a penas tiempo, porque no lo he tenido. Todo ha pasado demasiado rápido. Todo ha surgido sobre la marcha. Porque todo lo que planeas en un primer momento, se desmonta en el segundo que empiezas a sentir y te dejas llevar. Se desmonta en el segundo que escuchas más a tu corazón que a la razón. Se desmonta porque no podemos controlar lo que podemos llegar a sentir. Y yo he sentido que había algo mágico en cada instante. He sentido que esta vez debía subirme y aprovechar cada ráfaga de aire, cada suspiro, cada despedida. He sentido sensaciones importantes.Y he tenido la certeza de que cada momento ha sido real, a pesar de lo rápido que ha pasado y lo lejano que parece todo hoy. Pero también he sentido que con cada hecho en sí, perdía un billete. Un billete para volver a subir a este "cacharro loco". Aún sabiendo que estaba aprovechando al máximo cada segundo, he sentido que perdía una oportunidad. Una oportunidad de volver a vivir este torbellino de sensaciones. He sentido que un trocito de mi se marchaba con cada decisión.

Solo sé que la vida tiene su propia lógica. Que todo tiene su lugar, su momento y su hora. Solo sé que no me arrepiento. Que es una de las mejores cosas que he hecho en mucho tiempo. Solo sé que la vida es mágica y hay que aprender a verla. Solo sé que después de montarme en esta Montaña Rusa con miedo y mil dudas, me he bajado con ganas de volver a subir.
Solo por el hecho de haber sido feliz, ha merecido la pena.
Pase lo que pase, siempre...hasta mañana ;-)

No hay comentarios:

Publicar un comentario