martes, 13 de mayo de 2014

Sueños sin rostro.

Lo extraño es que no puedo verte la cara.
Estoy sentada a la orilla de una piscina, contemplando la luna. No hace frío, la temperatura es agradable, por eso llevo una ligera chaqueta de lana. El agua está templada. Dan ganas de remojarse y nadar un rato.
Mis pensamientos se expanden. Igual que vienen, se van. Y en medio del silencio, una voz me pregunta si puede sentarse junto a mi. Sin mirar, digo que si.
Te sientas. No nos conocemos, pero comienzas a hablarme como si ya nos hubiéramos visto mas veces. Como si no fuera la primera vez. Y yo contesto con la misma confianza que tu me hablas. No tengo reparo en responder a todo lo que me preguntas, igual que lo haces tu.

El caso es que te miro un par de veces, pero no consigo verte la cara. Lo extraño es que sin verte, todo me parece muy sincero. Lo extraño es que sin verte, me encantaría fotografiar tu sonrisa.
Y sin despedirte, desapareces.

Increíble como la mente puede crear sueños tan reales y a la vez tan locos. Como el subconsciente transforma lo que pensamos y sentimos en un momento. Un momento de sin sentido, o con un sentido que no logramos comprender.
Te he visto antes, pero no lo recuerdo.
Puede que no sepa lo que esta pasando de inmediato. Me siento agusto, cómoda, me quedo ahí a ver que pasa, y de pronto, pienso que si es lo que quiero, o puede que ya lo supiera y no me he dado cuenta antes. Siento que es lo que necesito.
Tus ojos y mi ojos se fijan, pasa y todo sucede.
Puede que con el paso del tiempo se demuestre que tenia razón desde el primer momento. Puede que antes sintiera que me faltaba algo, y ahora me siento plena. O puede que todo se derrumbe y quede en un simple recuerdo.
Esperar lo mejor, no lo convierte en realidad, aunque tampoco hace que sea falso.Yo confío y espero lo mejor siempre. Necesito creer. Necesito pensar en la verdad, aunque me decepcione una y otra vez. Si no esperas nada, no te decepcionas. Si no esperas nada, no tiene sentido esperar.
Aunque a veces, te cansas de esperar. Te cansas de esperar una respuesta o una pregunta, una explicación, una señal, una palabra. A veces dejamos escapar cosas, por cansarnos de esperar.
Sueños inentendibles, que intentas entender.
Creo que es el miedo subconsciente a tirarme.
Esa sensación de solo querer hablar sin llegar a ningún lugar y sin expresar mas de la cuenta. No querer decir u oír nada que estropee la conversación. No expresar lo que siento de verdad.
Parece que si no lo cuentas, no importa, no existe. Si no lo dices, se irá. Y si sale mal solo lo sabrás tu.
¿Merece la pena? Es la pregunta que recorre una y otra vez mi pensamiento, y no llego a ninguna respuesta.
El problema no es el miedo, es la decepción. El problema no es caer, es tener que volverte a levantarte. Es comenzar de nuevo. Es encontrar otra vez ese instante en el que sientes lo que necesitas. El problema es volver a confiar en tu instinto.

Ojala existiera ese lugar con el que tanto sueño, y nunca encuentro. Donde el tiempo va despacio para disfrutar de las cosas buenas y aprender el significado de las malas. Donde las señales existen. Donde el amor no duele y es correspondido. Donde las palabras se dicen y el miedo no importa.
El lugar donde te espero y llegas, donde te hablo y contestas, donde te beso y me besas.
Creo que algún día me convenceré que no sé muy bien a donde voy, pero llegaré.
Quiero abrazos, besos, caricias y palabras sinceras.
Quiero fotografiar tu sonrisa.
Creo que el destino nos ha traido asta aquí para estar juntos, y no lo estamos. Hago mi camino, pero aun estoy soñando. El problema radica, cuando te das cuenta de que todo ha sido un sueño, y la realidad inunda de nuevo tu espacio.
Todo termina. Vuelta a la calma. Pero sigues apareciendo en mis sueños. Sueños sin rostro.

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